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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 13 de enero de 2007

Niños con talla baja. "Me gustaria ser más alto"

La aprobación de la hormona de crecimiento recombinante (rhGH), en 1985, ofrece recursos prácticamente ilimitados para reemplazar a la hormona de crecimiento (GH) derivada de la hipófisis humana, que fué retirada por motivos de seguridad. Durante veinte años, se ha intentado demostrar que este tratamiento puede mejorar la velocidad de crecimiento y la talla de niños que incluso no tengan déficit de hormona de crecimiento. Desde que, en 1990, se aprobó su utilización en estos casos, la causa de la baja estatura ya no es moralmente relevante a la hora de decidir quienes tienen derecho al tratamiento. Todos estos niños comparten un mismo problema principal, aparentemente válido: "Soy bajo y me gustaría ser más alto".

La dificultad estriba en que el significado de esta frase oscila desde "necesitaría físicamente ser más alto" hasta "me sentiría mejor si fuese más alto" y "mis padres se sentirían mejor si yo fuese más alto". La pregunta clave es: ¿qué situación, si es que hay alguna, define un grado de cortedad de talla lo suficientemente incapacitante como para justificar un tratamiento médico? y dada una situación así, ¿cuál es esa talla?

Sin una clara evidencia de discapacidad física, el entusiasmo hacia el tratamiento de la cortedad de talla con rhGH se basa tradicionalmente en la suposición de que la baja estatura es, en sí y en niños por lo demás sanos, psicológicamente discapacitante, y con una estatura más elevada mejorará el funcionalismo psicosocial. Sin embargo, esta suposición se cuestiona actualmente. Aunque una talla más baja pueda asociarse, a veces, con cierto estrés por ser motivo de burlas y aparentar menor edad de la real, en estudios rigurosamente bien diseñados estas vivencias no se asocian con disfunción psicológica ni afectan a la calidad de vida. Por tanto, con una prescripción responsable se ayudará, en el futuro, a reservar el tratamiento con rhGH para los niños, relativamente pocos, que realmente lo necesiten. Tomado de David B. Allen, MD. Pediatrics (Ed esp). 2006;62(1):461-6.