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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 2 de junio de 2007

Educación infantil: de un extremo al otro. "Decálogo para crear un delincuente".

Es obvio que la educación infantil basada en la represión y en el miedo es inaceptable y debe formar parte del pasado. Sin embargo, educar a los hijos es tambien enseñarles a que sus derechos llevan consigo obligaciones.

Desde muy pequeños y antes de llegar a la edad adulta, los niños deben aprender unas normas de convivencia. Y es a los padres a quienes les corresponde, fundamentalmente, enseñarles "las reglas del juego".

Evidentemente, ningún padre o madre quiere que su hijo sea "problemático" el día de mañana; pero, cuando se trata de educar, la dificultad es tal que las buenas intenciones, pueden producir, a veces, efectos contrarios a los que se pretenden.

A continuación, el autor, en clave de humor, expone una serie de ejemplos de lo que considera formas de actuación, por parte de los padres, que serán, sin duda, perjudiciales en el futuro.

"Decálogo para formar un delincuente":

1.- Comience desde la infancia dándole a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2.- No se preocupe por su educación moral o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que él pueda decidir libremente.

3.- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto le animará a hacer más cosas graciosas.

4.- No le regañe nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5.- Recoja todo lo que deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes... Así se acostumbrará a cargar las responsabilidades a los demás.

6.- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no impida que su mente se llene de basura.

7.- Discuta a menudo con su pareja en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día que la familia, quizás por su propia conducta, quede destrozada.

8.- Satisfaga todos sus deseos, comodidades y placeres. El esfuerzo, el sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

9.- Póngase siempre de su parte en cualquier conflicto con sus profesores, vecinos, etc. Piense que todos ellos le tienen manía y que lo que quieren de verdad es fastidiarle.

10.- Déle todo el dinero que quiera, no vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

Adaptado de Emilio Calatayud. "Reflexiones de un juez de menores". 157-159. Colección Alminares. Ediciones Dauro. 2007.