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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 11 de febrero de 2007

Los riesgos ambientales infantiles.

Durante su formación y en la práctica, una de las tareas del pediatra debe ser aconsejar y educar a los padres sobre la manera de reducir o prevenir los riesgos ambientales más frecuentes.

Durante los primeros cuatro años de la vida son: los traumatismos por caídas, las lesiones por accidente de automóvil, las quemaduras por fuego o agua caliente, la asfixia, la intoxicación, el ahogamiento, la falta de vacunación adecuada, la electrocución, el tabaquismo pasivo, las quemaduras solares y la intoxicación alimentaria. Los niños que asisten a guarderías tienen mayor incidencia de infecciones bacterianas y virales.

Entre los 5 y los 9 años de edad hay que considerar tambien: los accidentes mientras nadan, los accidentes de bicicleta, las lesiones deportivas y los accidentes con armas de fuego.

A los 10-18 años destacan además: las lesiones por herramientas pesadas o equipamiento agrícola e industrial, el fuego, la obesidad, el tabaquismo, el alcohol, el uso de drogas ilícitas, las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo y el suicidio.

Finalmente, la investigación deberá evaluar el riesgo respecto a los residuos de pesticidas en frutas y verduras aunque se laven antes de ingerirlas, los aditivos alimentarios, las hormonas presentes en los lácteos, la radiación electromagnética por tendidos de alto voltaje o aparatos eléctricos domésticos y el riesgo de cáncer por beber agua potable con cloro o los efectos producidos por microondas y teléfonos móviles. Tomado de R.L. Brent y M. Weitzman, Pediatrics 2004; 113: 1167-1172.